miércoles, 20 de enero de 2010


Otro argentino.

Delantero del Real Madrid. Sobre el césped ganó tres Ligas y dos Copas de la UEFA con el equipo madrileño. Una hepatitis acabó con su carrera de jugador en 1987. Campeón del mundo con su selección nacional. Años después entrenó al equipo de Chamartín. Desde el banquillo consiguió otra Liga. Posteriormente retornó al club como director deportivo. Ahora ha vuelto en el cargo de director general.


Además, ensayista, empresario, periodista, locutor. Un hombre polifacético de vasta cultura y verbo fácil cuya pluma disecciona el fenómeno del fútbol y a sus protagonistas con un nivel de precisión y profundidad al alcance de muy pocos.

Porque sabe, afirma: "El fútbol es lo más importante entre las cosas menos importantes".



Valdano es un soñador del balompié. Y especular con el resultado no parece formar parte de su fantasía: "Jugar contra un equipo que se defiende es igual que hacer el amor con un árbol".


Habiendo jugado con la selección argentina y el Madrid de "la Quinta del Buitre", dos equipos netamente ofensivos y de gran calidad técnica, sabía de lo que hablaba.


Defiende el buen gusto y la creatividad por encima de todas las cosas. Un culé le enamora: "Hago esfuerzos para no compararlo con Maradona, pero Messi no ayuda". Para él la comparación, no obstante, será odiosa. Jorge fue testigo privilegiado del gol que Diego anotó frente a Inglaterra en el Mundial del 86 en México. Allí un día su amigo bailó un tango con el balón y el mundo se paró y sonrió. Para la sensibilidad artística de Valdano, aquel hombre ha de ser, necesariamente, irrepetible.

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