jueves, 21 de enero de 2010

¡Tan Rápido que no sabes quién es...!


Si todo es como parece, en dos semanas Usain Bolt será una celebridad mundial. Sólo tiene que ganar la final de 100 metros, trabajo complicado, pero no imposible. Por algo es el hombre más rápido de la historia.

Una victoria transformará su vida: anunciará marcas deportivas, relojes caros y será la imagen de Jamaica, la isla que ha producido sprinters excepcionales, pero ninguno de ellos ha ganado la medalla de oro. Si todo es lo que parece, Bolt viajará en primera clase, le acompañarán abogados, agentes, fisioterapeutas y toda la corte que se adhiere a los grandes campeones. Sin embargo, Bolt era un semidesconocido que mascaba chicle como una ametralladora, un pasajero de 21 años en el vuelo de Londres-Pekín que viajaba en una categoría intermedia, con evidentes dificultades para acomodar su 1,96 de estatura a las estrecheces de su asiento. Nadie le pidió un autógrafo. Una azafata se sorprendió cuando le dijeron que volaba con el hombre más rápido del planeta. “¿Sí, quién es? ¿Ese chico alto de ahí atrás?”.



Diez horas después, Bolt emergió entre los últimos del pasaje que abandonaron el avión. A la salida del finger esperaba un reducido número de periodistas de la televisión y agencias oficiales. Estaban nerviosos porque tenían que obtener imágenes de un famoso al que no conocían. Bolt había viajado con su entrenador Glenn Mills y cuatro acompañantes del equipo jamaicano. Algunos emergieron del avión antes que él. '¿Es él, es él?, ¿eres Bolt?', preguntaban angustiados. Se lo preguntaban a cualquiera de los caribeños.


El hombre más rápido del mundo les resultaba anónimo.


A parte de esta anécdota me encantó la frase que dijo un día que entrenó bajo la lluvia...


"Corre lloviendo, y lo único que oirás son tus pasos, tu respiración entrecortada y la lluvia en tu cara...da mucho que pensar."


La verdad es que así, cualquiera se relaja...

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